miércoles, 17 de agosto de 2016

Bullyng, un fenómeno inquietante y en crecimiento


Quien tenga hijos, nietos, sobrinos o simplemente quien se interese por niños y adolescentes deberían prestar atención a este fenómeno, e intervenir de alguna manera.
Un fenómeno creciente y con una inmensa cantidad de víctimas ensombrece a las sociedades. El bullyng como otras formas de acoso pueden solucionarse si le damos la importancia que tiene, le prestamos la debida atención y lo tratamos como corresponde
El jueves 11 de agosto del 2016, en Staten Island, Nueva Yor, Daniel Fitzpatrick, de tan sólo 13 años, decidió poner fin a su sufrimiento. Un mes antes de quitarse la vida escribió una carta en la que relataba el acoso que había sufrido de varios compañeros de colegio y la falta de acción por parte de las autoridades del centro educativo.
No por especial es que me refiero a eso caso, sino porque tiene la particularidad del relato claro de un niño/adolescente, que consiente del suceso relata, y acusa. Y eso lo hace más trágico, y pone en evidencia las fallas de la sociedad en general, de allá, o de acá, da lo mismo porque es lo mismo.
El problema es grave, muy grave y crece; y ocurre en todas las latitudes, en todos los países y en todos los ámbitos. Si se trata de niños en la escuela su nombre internacional es bullyng, si es en el trabajo se denomina Mobbing.
Hay diferencias entre ellos claro está, pero en realidad no son más que una expresión de un fenómeno universal que se llama acoso; y que no es nada más que una forma de violencia humana irracional.
El fenómeno “ bullyng”: Tanto el acosador como el acosado están de alguna manera condenados; el acosado si sobrevive queda con profundas marcas y el acosador seguramente terminara sus días en la cárcel o miembro de una banda delictiva. Y siempre hay un escenario que se repite. Quienes deberían intervenir miran para otro lado.
Los acosados: (Dice la ciencia). Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo, y no saben reaccionar por vergüenza conformismo o resignación, siendo muy perjudicados por las amenazas y agresiones.
La ciencia se ha expresado claramente ante esta realidad y hoy se sabe que el 6 % de los niños en las escuelas sufren de acoso. Se sabe que el acosado puede terminar en auto o heteroagresiones graves, o con secuelas severas de comportamiento en el futuro y lo más preocupante, es que estas secuelas se trasmiten a sus genes como asegura Sharon Moalem en su libro Herencia. Sin entrar en detalles que no interesan un grupo de instigadores británicos y canadienses estudiando a gemelos, comprobó que uno de ellos que había sufrido bullyng en su niñez había tenido una transformación epigenetica en un gen llamado SERT que codifica una proteína que coopera con los neurotransmisores y que tenía menos reacción al stress que su hermano. En síntesis: La respuesta a largo plazo es una reacción defensiva a corto plazo disminuyendo el stress, pero a largo plazo se comportara como una persona con Stress Post Traumático y podrá sufrir en el futuro enfermedades psiquiátricas como depresión, y tendencia al alcoholismo. Y como si esto fuera poco, para espantarnos más esto se transmite genéticamente.
Los acosadores: (Dice la ciencia) También son sujetos con desordenes psiquiátricos, caracterizados por su personalidad agresiva, su atraso en el nivel escolar, su mayor tamaño, su deseo permanente de dominio y humillación hacia los otros, su necesidad de sentirse reconocido y admirado. Y esta personalidad surge del maltrato familiar, exigencias de éxitos o incluso de perfeccionismo por parte de sus allegados; inseguridad o sensación de abandono. El tema es que también su vida no va a continuar bien: en lo inmediato y si el acoso genera lesiones identificables en la víctimas, serán sujeto de persecuciones por aquellos que se sienten culpables de no haber intervenido a a tiempo, los familiares de las víctimas, la justicia; en lo mediato no se sabe claramente pero su futuro será muy sombrío.
Los responsables: administradores, padres, docentes, testigos, etc., etc. etc. Que miran hacia otro lado creyendo que es un fenómeno natural como la floración en primavera, que ya pasará, que es inevitable, que es la edad, que no pueden hacer nada, que es una sociedad violenta…
En realidad son personas temerosas de padres y de alumnos, de poco carácter y escasa personalidad, que los lleva a tener dificultados entre lo correcto y lo incorrecto; y esa realidad los lleva inevitablemente al desenlace trágico del cual no se vuelve.

¿Y qué estamos esperando?: Si las cifras son las que dicen que son, piense solamente en la cantidad de niños y jóvenes que acuden a distintos centros educativos del país, haga cuentas, tenga un pañuelo cerca para secar el sudor frio que seguro le aparecerá.
También este dato es para tener en cuenta: EL 78% DE LOS ADOLESCENTES QUE TERMINA POR SUICIDARSE FUE ACOSADO EN LA RED Y EN LA VIDA REAL.

Más allá de interpretaciones, semántica, diferenciaciones o sesudas elaboraciones por los charlatanes de siempre, es de fundamental importancia atacar este problema yendo directamente al hueso. ¿Y cómo es eso?, seguramente habrá un camino asociativo entre lo que los científicos y profesionales, que saben y aconsejan; con los administradores de la educación, docentes y padres. Argentinos “a las cosas” nos recomendó alguna vez José Ortega y Gasset viéndonos enredarnos en naderías. Pues ahora es la hora de ir a las cosas sin tanta vuelta que el problema es demasiado grave para permitir más demoras.

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