martes, 13 de enero de 2015

La obesidad, realidad hoy; verdades y mentiras: parte I

Desde 1988, el número de obesos en el mundo ha pasado de 857 millones a 2.100 millones, según un macroestudio publicado el año pasado en la revista médica The Lancet. Solo en España, se calcula que el exceso de peso contribuye a la muerte de una persona cada 20 minutos, apuntillando a 25.000 cada año.

Los avances científicos han sido abrumadores y se han divulgado cientos de teorías y practicas novedosas para resolver el problema, pero a pesar de ello lejos de su resolución,  este persiste y se incrementa de manera geométrica, tomando características de pandemia que podría consolidarse en las próximas décadas. Lo mismo ha ocurrido con conceptos difundidos y tomados como mandamientos religiosos, que hoy día se caen producto de su inconsistencia o de investigaciones que no han podido demostrar su eficacia: El ayuno intermitente es malo, las grasas saturadas producen daño en las arterias, el aceite omega 6 es bueno para la salud, los endulzantes artificiales son seguros y ayudan a perder peso y a mejorar enfermedades como la diabetes mellitus, los huevos son malos para el corazón, etc., etc..., temas que serán tocados debidamente en su momento.

En este post pretendo poner diez de los avances científicos; diez de los errores (o mentiras) más ridículos y diez recomendaciones en tres posteos sucesivos.

No es este un trabajo original, sino que mas bien es una monografía resultante de las investigaciones recientes —que no se han tenido en cuenta en general porque los viejos conceptos persisten— a la cual le volcaré mi experiencia personal que seguramente podrá serle útil a alguien.

Es preciso recalcar antes que nada algunos conceptos que podrán ser de ayuda a la hora de tomar decisiones con el objeto de lograr un peso adecuado y un metabolismo armónico.

La obesidad es la enfermedad de más rápido y fácil diagnostico: cualquiera puede hacerla, sin tener un doctorado. De cualquier manera se ha tomado como sistema de medición universal, el IMC (Índice de Masa corporal = Peso/ cuadrado de la altura), para determinar la gravedad objetiva, calificarla en estadios y anticipar las complicaciones. Además de su invalorable aporte en estudios intercambiables. Se estima como normal un rango de 18,5 hasta 24,9 k/m 2.

Comencemos con los 10 más recientes , o no tan recientes, descubrimientos en materia de obesidad, en los que cada uno de sus desarrolladores confían plenamente:

1. ¿Una molécula podría ser la responsable de la obesidad?: Descubrimiento en la universidad de Michigan (UM). Tras una serie de pruebas, los científicos de la UM demostraron que elSfrp5 "influye en una vía de señalización, conocida como WNT y que estimula las células de grasa -llamadas adipocitos- para crecer más y suprimir la tasa a la que la grasa es quemada en las mitocondrias." Teniendo esta información en cuenta, los científicos restringieron estas moléculas en los ratones, consiguiendo que estos no engordaran tan rápidamente al evitar que sus adipocitos crecieran tanto. Esto se mantuvo incluso cuando los ratones fueron sometidos a una dieta muy alta en grasas.

2. ¿O una proteína?: Universidad Santiago de Compostela: La BMP8B, una proteína que podría ser clave. Los grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) NeurObesidad de la Universidad de Santiago de Compostela, dirigido por el doctor Miguel López, y el de Biología Molecular y Regulación Génica del Tejido Adiposo y sus Patologías de la Universidad de Barcelona, liderado por el doctor Francesc Villarroya, acaban de descubrir un nuevo sistema de regulación de la grasa parda o tejido adiposo marrón o pardo, clave en la batalla contra la obesidad.

3. ¿O este gen? (Harvard Medical School de Boston). Los científicos, coordinados por la Harvard Medical School de Boston (Massachusetts), han observado que el hecho de bloquear la expresión del gen Trip-Br2 en ratones confiere resistencia a la obesidad y a la resistencia a la insulina.

4. ¿O tal vez este otro gen?: (Universidad de Chicago). "Nuestros datos sugieren que el IRX3 controla la masa corporal y regula la composición del cuerpo. Cualquier asociación entre el FTO y la obesidad es fruto de la influencia del IRX3", informa el genetista Marcelo Nóbrega, de la Universidad de Chicago, quien trabajó junto a sus colegas de España y Canadá. Un enlace directo entre la expresión del IRX3 y la regulación de la masa corporal se demuestra por una reducción en el peso del 25 al 30% en los ratones que carecen de este gen, principalmente a través de la pérdida de grasa. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista 'Nature'.

5. ¿Resolvería la obesidad un compuesto farmacéutico? (El Instituto Salk de USA aporta lo suyo): (publicación en la revista Nature) “El equipo de Evans (Ronald) ha pasado dos décadas estudiando el FXR, un receptor de hormonas muy activo en el hígado, el intestino, los riñones y otros órganos. Al comer, el organismo enciende el FXR, desencadenando la liberación de ácidos biliares para la digestión, una modulación de los azúcares en sangre y la quema de grasas para hacer hueco al nuevo alimento. La compañía farmacéutica Intercept, con sede en Nueva York, ha desarrollado otro fármaco que activa el FXR y ya está probándose en humanos con esteatohepatitis no alcohólica, una enfermedad común del hígado. Sin embargo, según subraya Michael Downes, compañero de Evans en el Instituto Salk, la droga de Intercept tiene un efecto sistémico, activando el FXR por doquier, mientras que la nueva pastilla, llamada fexaramina, enciende el receptor de hormonas solo en el intestino y no es absorbida por la sangre, reduciendo los efectos secundarios que se está encontrando la farmacéutica estadounidense.

6. ¿O este otro compuesto farmacéutico?: (En realidad es un articulo periodístico, no pude encontrar el trabajo original) Compuesto farmacéutico de Corea del Sur: El canal de televisión surcoreano Arirang daba recientemente la noticia del hallazgo de un nuevo avance médico. Se trata de un compuesto llamado POCUb que tiene como finalidad la lucha contra la obesidad. En principio uno podría pensar que no es más que otro medicamento más que pasa.

7. Y si estimulamos el cerebro en ciertas zonas, ¿resolvemos el problema?: Revista especializada NEUROSURGERY. Se resolvería el problema mediante la estimulación eléctrica de ciertos sectores encefálicos (Finally, we suggest a neuromodulation strategy geared toward regulating these dysfunctional circuits, primarily by alteration of frontolimbic circuits). “Está relación entre la neurología y la obesidad no se ciñe solamente a la investigación anterior. En el estudio Obesity Phenotypes in Midlife and Cognition in Early Age: The Whitehall II Cohort Study, se concluye que las personas obesas no solo sufren desequilibrios cognitivos adictivos y compulsivos sino que, en un porcentaje superior al 60%, pueden experimentar una disminución más rápida de sus habilidades mentales que el resto de individuos sanos”.

8. ¿Y si ponemos un globo en el estómago?: Balones intragástricos. Se han analizado los diferentes tratamientos como alternativas a la cirugía, realizados por endoscopia como son el balón intragástrico, método POSE y Endobarrier. Actualmente se recomienda usar el balón intragástrico en aquellos pacientes que tienen una obesidad extrema previo a la cirugía bariátrica, pero no como único tratamiento de la obesidad, ya que una vez retirado el balón la gran mayoría de los pacientes vuelven a ganar el peso perdido. El método POSE y el endobarrier son alternativas a la cirugía sin aparente riesgo quirúrgico pero con resultados muy dudosos, siendo necesarios más estudios para evaluar la eficacia y la seguridad de estos dispositivos en el tratamiento de la obesidad.

9. De esto se sospechaba bastante: Alteración del sistema de saciedad. Unos investigadores del Laboratorio Nacional de Brookhaven han encontrado nuevas pistas sobre por qué algunas personas comen demasiado (y engordan), mientras que otras se sienten saciadas comiendo lo normal. Examinando cómo el cerebro humano responde a mensajes de saciedad recibidos dependiendo del grado en que está lleno el estómago, los científicos han identificado los circuitos cerebrales que motivan el deseo de comer más allá de lo debido. Tratamientos orientados a estos circuitos podrían ser útiles en el control de la sobrealimentación crónica, según los autores.

10. El papel de la hormona Grelina en relación al apetito y a la obesidad: (Ver articulo PDF en castellano) La Grelina es una hormona que se sintetiza fundamentalmente en el tubo digestivo (en su mayor parte en el fundus gástrico) y que ejerce varias acciones: 1) a nivel central estimula la secreción de GH, prolactina y ACTH, en una proporción mayor que el GHRH; 2) Estimula a neuronas que expresan el neuropéptido Y y las orexinas A y B, ejerciendo una acción orexígena. Sin embargo el papel más relevante y que cobra ahora un inusitado interés es la relación de la Grelina con el control del apetito y el peso corporal.

Se ha demostrado que las concentraciones de Grelina se incrementan antes de comenzar a comer, siendo una de las señales que iniciarían el acto de comer. También estimula la motilidad y acidez gástrica que acompaña precisamente a los prolegómenos de la comida. Una vez se produce la ingesta, sus concentraciones disminuyen. Es una hormona orexígena potente, no sólo porque facilite el inicio de la comida sino que produce aumento de peso.

No pretendo de ninguna manera ironizar sobre los avances de la ciencia, obviamente la patología obesidad es multifactorial y claro esta que son numerosos los factores que intervienen en su desarrollo, pero (siempre hay uno); cuando hay muchas verdades sobre un solo tema estas verdades se diluyen.  Quizás algunos de estos avances —o todos— sean la solución del problema, pero me parece que la solución del flagelo pasa por otro lado..

Hasta aquí la primer parte de este articulo/post/monografía..

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