lunes, 15 de julio de 2019

EL GRAN TEATRO LLAMADO POLÍTICA




Los políticos en actividad partidaria, en proceso electoral o ya en el ejercicio de funciones en el estado, insultan severamente a sus ocasionales contendientes.
Luego de tales pseudorreyertas de todos contra todos, se van a tomar un café juntos diciéndonos que las cuestiones son políticas, no personales. Es una guerra simulada para que las bambalinas de la ficción enmascaren la verdad.
Es un teatro finamente montado para oligofrénicos; y en este caso los oligofrénicos incurables somos nosotros.
Aplíquenlos razonamiento y lógica, que para algo alguna vez la estudiamos
 Juan pertenece al partido A, y trabaja para el equipo A y putea todo lo que no sea A. Luego a Juan lo compra el equipo B, y llega a un cargo rentado por B putea a A y todo lo que no sea B; y comienza a renegar de todo lo que implique A.  ¿lógico no?
Le compran su humanidad, su conciencia y sus opiniones: Conveniencia mucha, personalidad escasa, ética pobre, moral ausente.
Como la sociedad es líquida según Zygmunt Bauman, y parafraseándolo diría que en la política llegó al estado de nauseabundo vapor.
En el único momento en que no barruntan contra nadie es cuando deciden sus salarios; ahí no solo acuerdan jugosos montos en la sagrada intimidad y dejan afuera ideologías, apologías, conceptos, ética y moral. Vemos lo sencillo que es montar más privilegios desde sus privilegios, y con absoluto consenso.
Poco a poco van pergeñando desde el estado una sociedad de clases, reservándose para ellos los mejores beneficios.
Buen salario, pocos impuestos, pasajes free, parientes y amigos como asesores, protección segura a través del fuero, que les permite delinquir a discreción y estar protegidos de la justicia.
Actúan igual que actores y actrices de una obra teatral real, de los cuales, si sabemos que nos mienten al contarnos una historia, para que la verdad se asome. Pero en este caso la escena se monta para que, entre sonoros y grandilocuentes discursos, la verdad se escurra.
Los veras participar, ademas, en paneles, en programas de cocina, sociales, de cotilleo o deportivos, siempre igual…
Este es el famoso Lumpenproletariatdefinido por Marx y Engels, y ahora la moderna concepción de “Lumpenburguesia” como escoria de la sociedad, y que es una especie de bacteria resistente que infecta todos los estamentos.

Así, sin vergüenza o pudor, es como tumban poco a poco los pilares de una sociedad justa:  libertad, democracia, derechos, oportunidades, programas y todo lo bueno que puede tener una nación, hasta que esta se derrumba.
Pero no se puede engañar permanentemente a todos, Abraham Lincoln lo aseguro en una larga frase y ojalá sea cierto; porque por lo que veo, si se puede engañar siempre a muchos.
Los partidos abandonaron la razón de su origen y de su existencia para transformarse en obscenas agencias de colocaciones; algo así como una sofisticada empresa, en la cual, al contrario de las otras, no hay examen de ingreso, y no es necesario tener bondades ni capacidades, dado que de todo se encargarán ellos.

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